Me pase por la memoria cada uno de los momentos, por los que he pasado a recibir una charola de graduado, o a recoger un diploma.
No me queda mas que dar estas palabras que ayer no dije, no me queda mas que escribir lo que en su momento escucharan en el siguiente paso de su vida profesional.
Este día celebramos con júbilo y gratitud el haber alcanzado una importante meta para nosotros y nuestros allegados. Festejamos el comprobar que somos capaces de lograr lo que nos proponemos y vencer cualquier tipo de obstáculo. A la vez reconocemos con humildad que la felicidad que hoy vivimos no hubiera sido posible sin aquellos que confiaron en nosotros y nos asistieron en el momento oportuno. Estamos en deuda con todos aquellos que dedicaron parte de sus vidas a nuestro aprendizaje, nos ayudaron a solventar los costos de nuestros estudios y nos brindaron palabras de aliento en nuestros momentos de desesperación. Jamás podremos compensarlos por todo lo que hicieron por nosotros y lo único que está en nuestras manos es decirles: muchas gracias. Gracias por ayudarnos a convertirnos en profesionales y en agentes de cambio y desarrollo para nuestra sociedad. Prometemos que todo ese esfuerzo no será en vano.
Esta graduación permanecerá por mucho tiempo en nuestras memorias, como un premio a innumerables esfuerzos, pero también como un símbolo de un fin y un comienzo. Ahora culminamos una etapa más de nuestras vidas y nos disponemos a comenzar una nueva, aún más desafiante, que la predecesora. La frase célebre de Aristóteles escogida para denominar este solemne evento, "No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad" revela los desafíos que nos aguardan y las herramientas que poseemos para encararlos.
En primer lugar, nos señala el reto de cumplir nuestro deber como seres humanos: enfocar nuestro crecimiento al servicio de los demás. Nuestros conocimientos no servirán de nada si los guardamos para nosotros mismos y dejamos que los demás vivan en la miseria de la ignorancia. En segundo lugar, nos indica el desafío de seguir un camino de eterna pugna para cumplir este deber. Es preciso comprometernos a dar más de nosotros mismos cada día y combatir la falsedad de nuestra sociedad y nuestro pensamiento. Por lo tanto, estas palabras nos llaman seguir aprendiendo en lo que nos queda de vida y evaluar nuestros conocimientos continuamente; sólo así sabremos cuál es la verdad y por qué las demás opciones perecen frente a ésta. Nos invita a seguir el camino de la actualización continua y la auto evaluación. Finalmente, nos advierte de un reto más: defender la verdad a toda costa.
La etapa que hoy cerramos nos ha heredado conocimientos académicos, experiencias y valores que nos ayudarán a superar dichos retos. Sin embargo, es iluso suponer que un título universitario bastará para defender la verdad en un mundo desigual dominado por el individualismo y la demagogia. Solo seremos simples eventos aislados que tarde o temprano terminarán esfumándose. Pero juntos podemos formar una red de cambio que puede expandirse poco a poco.
Si bien, los más de 700 graduandos no somos de la misma carrera y muchos de nosotros no nos hemos visto antes, compartimos un lazo de hermandad conferido por los días que fuimos estudiantes del Alma Mater. Somos y siempre seremos graduados de la Universidad Tecnologica de Mèxico, por lo que nos unen vínculos de solidaridad ante el menosprecio y la marginación de aquellos que desean opacar a los que piensan diferente y se formaron con distintos paradigmas.
Jamás debemos olvidar lo que somos en este preciso instante: un grupo multidisciplinario de seres humanos que representan un alto componente de desarrollo para nuestro país.
Por otro lado, este fin puede interpretarse como un simplemente acto de despedida de la universidad que nos dio la bienvenida hace algunos años. Sin embargo, este adiós es más bien un hasta luego, ya que nuestra formación aún no ha terminado, a penas hemos recibido las credenciales necesarias para explorar el mundo de la especialización.
La Universidad está comprometida a dar seguimiento a nuestro proceso formativo y no ocuparse únicamente de los que aún están en las aulas de pre grado. Las palabras de Aristóteles también incluyen a la entidad formadora, ya que al ofrecer una mejor y mayor oferta de post grados, diplomados y cursos, y desarrollar investigaciones científicas que brinden insumos en nuestros espacios laborales, contribuye a la búsqueda permanente de la verdad y de las causas de la falsedad. A la vez, nosotros estamos comprometidos a honrar a este centro de estudios desde cualquier lugar en el que nos encontremos.
Independientemente del camino que tomemos: estudios de postgrados, ocupación laboral, viajes al exterior o dedicación familiar, el futuro que nos espera no es muy alentador. La falta de empleo y de oportunidades afecta nuestras vidas.
La esperanza siempre debe acompañarnos y recordarnos que el título que hoy obtenemos es sólo una de las tantas metas profesionales y académicas que podemos alcanzar en nuestras vidas. Estoy seguro que tendré buenas noticias de ustedes en un futuro cercano. Felicidades y que Dios los bendiga a todos.
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