¿Para ti que es el estrés? ¿Cual crees que es su síntoma mas destacado? La realidad es que el estrés no tiene una definición única, y sus síntomas varían de persona en persona. Hay tantas definiciones de estrés como personas a quien se les pregunte. Incluso, la percepción del estrés es muy subjetiva. Al encarar un mismo evento una persona puede sentirse estresada mientras que para otra no supone problema alguno. Tomemos por ejemplo, hablar en público, para alguien pudiera representar un enorme reto, mientras que para otro es solo una actividad más durante el día.
El estrés en si mismo no es una enfermedad, pero el llamado ‘estrés agudo’ puede provocar reacciones fisiológicas, conductuales o sicológicas. Cuando una situación de estrés se prolonga puede convertirse en ‘estrés crónico’ dando paso a enfermedades o trastornos de conducta.
Algunos de los síntomas sicológicos asociados son: ansiedad, pérdida de confianza en uno mismo, perdida de la capacidad de concentración, entre otros. Entre los síntomas físicos se encuentran: sudoración excesiva, mareos, aumento de las palpitaciones cardiacas, incluso crisis de pánico. Los cambios de conducta relacionados pueden ser: comer o fumar compulsivamente, abusar del alcohol para “aliviar los síntomas físicos”. El que padece de estrés puede presentar todos los síntomas antes descritos o solo algunos.
Lo cierto es que por mucho que nos esforcemos no podemos influir en la mayoría de las situaciones externas que nos suceden a diario, pero si podemos aprender a enfrentarlas con una actitud y pensamiento positivo. Las personas que mejor afrontan el estrés tienen un rasgo común, el optimismo. A continuación comparto contigo algunas recomendaciones para afrontar el estrés.
- Reconocer el pensamiento negativo. Ante una situación estresante tendemos a enfocarnos en los aspectos negativos. Esfuerzo consiente de análisis para reconocer si estamos focalizándonos únicamente en lo negativo de las situaciones.
- Evitar el pensamiento negativo. Después de reconocer el enfoque negativo, debemos evitar la tendencia a ver ‘todo negro’. Evita pensar en términos de ‘todo o nada’ o de ‘siempre o nunca’. Si algo no salio como lo habíamos planeado no significa que SIEMPRE, TODO, vaya a salir mal.
- Usa el poder de la imaginación. Si antes de iniciar alguna tarea te imaginas fracasando, ya comenzaste mal. Desde el comienzo, visualízate saliendo airoso y triunfante. Anticípate mentalmente al estrés. Imagina tu desempeño en términos positivos y con un final victorioso.
- Resalta lo positivo. La tendencia natural en situaciones de estrés es enfocarnos en lo negativo, por eso tenemos q esforzarnos en encontrar los aspectos positivos de cada situación. Hacer esto nos ayuda a mantener la perspectiva, y a no extrapolar lo malo a todas las áreas de nuestra vida. De esa manera logramos que lo malo del trabajo se quede en el trabajo y los problemas familiares se queden en la casa. Por el contrario, lo bueno si debemos generalizarlo o transferirlo a cada faceta de la vida.
- Valórate a ti mismo. El amor propio, la autovaloración, la autoindulgencia ante los errores y buscar lo positivo en nuestra conducta, contribuyen al optimismo. Si bien es cierto que estas actitudes se construyen desde niños en un ambiente familiar que fomenta el amor propio y la conciencia de la propia valía, nunca es tarde para construir una imagen positiva de nosotros mismos. Eso nos hará más optimistas y podremos encarar mejor el estrés.
- Vive el optimismo. El optimismo es contagioso. Júntate con personas optimistas, habla con amigos maduros que te ayuden a ver lo positivo de las situaciones de estrés. Algunos recurren a técnicas de autosugestión (no sugiero que lo hagas, solo comento la técnica), al repetirse diariamente frases positivas como “soy una persona valiosa”, “no me rindo ante las dificultades”, “puedo lograrlo”, o enunciados por el estilo. Otros han encontrado en el ejercicio moderado un buen aliado, pues al fortalecer el corazón y los pulmones les ayuda a soportar las consecuencias del estrés, eso sin contar otros beneficios colaterales en la salud física y mental, incluso estéticos.
También es muy cierto este otro dicho “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata’, la verdad no se que tenga que ver con el tema del estrés, pero también es cierto. Saludos, nos leemos en Twitter.
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