Si hoy pudieras regresar en el tiempo y encontrarte al tú de hace 15 o 20 años, o de los tiempos cuando iniciabas tu carrera profesional, ¿qué le recomendarías? Por supuesto no me refiero al sueño típico y guajiro de enseñarle al tu de tú pasado los trucos para ligar más o ganar la lotería… dejemos eso para Marty McFly.
Más bien hablo de qué grandes lecciones has tenido en los últimos años y que hubieras querido que alguien más te hubiera compartido.
En mi caso, los consejos que más me hubiesen gustado recibir hace años son:
- Ni el puesto ni el dinero.
Elige tu trabajo no solo por el dinero que vas a ganar o el título que vas a ostentar.
Claro que todos queremos ganar bien y tener todas nuestras necesidades económicas cubiertas y todos nuestros gustos y caprichos cumplidos, pero si escogemos un trabajo tan solo por lo que nos da, jamás probaremos lo que el sentido verdadero de realización es. Seguro nuestro ego se sentirá halagado y protegido con un importante cargo escrito en nuestra tarjeta de presentación, pero ese cargo es solo prestado, temporal y de humo.
Date la oportunidad de, desde el inicio, comenzar a trabajar en tu carrera profesional haciendo lo que más te gusta y mejor sabes hacer. Se que en ese momento, queremos probarle al mundo lo buenos que somos en lo que hacemos y como nos destacamos ante todos, pero créeme, no te estás destacando de nada, por el contrario estás uniéndote a la misma fila en que millones y millones de personas están. - Investiga, prueba y encuentra tu camino.
Pocos se conocen a sí mismos y muchos menos saben que quieren hacer de su vida. Basta con pedirle a alguien que te digan 5 rasgos positivos de ellos mismos, para que se atoren a la segunda o tercera palabra. Y así, con esa falta de conocimiento, esperamos decidir a que nos dedicaremos el resto de nuestra vida. Salimos de la universidad, si tuvimos el privilegio de asistir a esta, y nos hacen creer que debemos comprometernos con un solo camino y que este nos guiará en la construcción de una exitosa carrera que llenará nuestra vida de gloria, fama y dinero. Y nos llaman “Job Hoppers” si después de un tiempo nos cansa el camino prometido y queremos tomar otra opción.
¿Y quién nos iba a decir que uno de los publicistas y emprendedores más importantes en la historia de la publicidad fue aprendiz de cocinero y vendedor de estufas antes de comenzar verdaderamente exitosa carrera como publicista?
Por eso date el tiempo de investigar, de probar y de encontrar tu pasión, tu llamado, tu vocación. Nada jamás volverá a parecer solo un trabajo cuando sigues tu pasión. - Encuentra un propósito y haz las cosas por las razones correctas.
El ego, el miedo, la codicia y la ambición son grandes motivadores y pésimos consejeros. Al inicio (y no tan al comienzo también), tememos a la inestabilidad, anhelamos obtener un gran puesto, acumular poder y ganar mucho dinero; después cuando crecemos descubrimos que a pesar de todo el éxito que tenemos, somos infelices porque no hemos seguido nuestra pasión. Entonces algunos, los más atrevidos, deciden hacer un drástico cambio de dirección para seguir ese nuevo camino de realización, pero olvidan que solo seguir su pasión les lleva solo hasta la mitad del camino en el que pueden perderse en un laberinto de auto satisfacción. Escoger hacer las cosas por las razones correctas implica buscar la mejor forma de alinear tu pasión con un propósito inspirador que deje una huella en la vida de otros también. Como dicen por ahí que el éxito de Steve Jobs no es porque haya decidido hacer las mejores computadoras, sino porque tiene claro que lo que quiere hacer es dejar una huella en el mundo. - No esperes a estar listo para arrancar.
Dejar de esperar, dejar de pensar, dejar de analizar y dejar de planear y empezar a actuar. Jamás será el momento ideal para independizarte, jamás todos los astros se alinearán mágicamente para pintarte un camino de flores y luces hasta un brillante pedestal donde te puedas parar. Muchas oportunidades sí se presentarán pero siempre habrá algo más que quisieras tener para sentirte por completo confiado en tomar esa tan pendiente decisión. La realidad es que el mejor momento para decidirte es hoy, ahora, cuando no estás listo porque de pasar todo el tiempo preparándote, jamás harás lo que tanto has querido hacer. - Enfréntate a lo que más miedo te da.
De cara al miedo hay solo una dirección en la que debemos correr… hacia él. El éxito y el fracaso son algunos de los conceptos a los que más miedo tenemos los seres humanos. Creemos que no somos tan buenos como para merecer ser exitosos y nos da un pánico atroz el hecho de estar casi convencidos de que seremos un fracaso total.
La realidad es nadie quiere fracasar, pero equivocarse y fallar en algo no es más que una lección más y nuevo paso hacia aquello que queremos lograr. Y sí, todos merecemos llegar hasta dónde queremos llegar si estamos dispuestos a trabajar por eso. - Paga el precio.
Así es, todos merecemos llegar hasta dónde queremos llegar, pero tenemos que estar dispuestos a trabajar y pagar el precio que eso nos va a costar. Toda decisión tiene una consecuencia y cuando decidimos seguir nuestra pasión y alinearla con un propósito inspirador, tenemos que estar dispuestos a pagar el precio que eso representa.
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