¡Felicidades! Lograste no solo que la agencia no incrementara sus honorarios mensuales este año, sino que redujera estos en 15%, “manteniendo la misma estructura y los mismos servicios que el año anterior”.
¡Felicidades! Encontraste un proveedor que promete darte el mismo servicio o producto por el 50% del valor real de mercado de ese trabajo.
¡Felicidades! Encontraste quien te diera esa conferencia sin costo a cambios de “promoverse” ante tu audiencia.
¡Felicidades! Contrataste aquel curso de capacitación tan importante para tu empresa, por tan solo la mitad del tiempo y de inversión que realmente se requiere para desarrollar esas nuevas competencias.
¡Felicidades! Conseguiste contratar a ese gran ejecutivo por 20% menos del salario que no solo pedía sino que en verdad merece.
¡Felicidades! Tu “gran capacidad de negociación” logró que le ahorraras .5% de egresos a la organización, y de paso lograste…
… Quebrar a tu agencia. Y que todas esas personas, incluyendo a tus empleados, que alguna vez trabajaron apasionada y entregadamente por tú negocio, hoy están trabajando para alguien más, recordando de ti y tu empresa solo los problemas que tus ahorros les provocaron…
… que tu producto final presentara varios problemas en sus entregables pues esa pieza que dejaste de comprar con el proveedor correcto para, orgullosamente conseguirla a mitad de precio, simplemente no cubre con las especificaciones correctas con las que debe de cumplir…
… conseguir que los asistentes a tu evento jamás regresen a otro organizado por ti, pues saben que para ver una presentación de ventas no tienen que pagar…
… que tu equipo, lejos de aprender las prácticas, competencias y habilidades correctas para desempeñar mejor su trabajo, aprendan tan solo las limitadas, pobres y hasta engañosas prácticas que un “pseudo-experto” les compartió como la fórmula mágica de 5 pasos que jamás, en realidad, existió…
¡Felicidades! Tu visión de ahorro y eficiencia, se convirtió en uno de carencia y escases. Y por querer demostrar que eres un gran negociador, quebraste tu negocio y al ecosistema de tu industria lastimaste también; pues olvidaste que para que una organización pueda en verdad crecer, tiene que lograr que sus proveedores y socios de negocio lo hagan también.
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