Powered By Blogger

lunes, 31 de agosto de 2009

Eficacia y convicción

Kennedy Senado

Edward Kennedy salió del hospital para pronunciar su discurso en la convención demócrata. De ahí, de regreso al hospital. Al cáncer se había sumado un repentino ataque renal. Le quedaba un año de vida y estaba dando su penúltima batalla: lograr que Barack Obama ganara la presidencia de los Estados Unidos. Había intervenido en el proceso de primarias en un momento decisivo de la contienda demócrata. Todo el prestigio de un hombre y todo el peso de un nombre llamaban a votar por el joven senador de Illinois cuando todavía el aparato estaba de lado del clan Clinton. La presencia del legendario senador en el Pepsi Center de Denver encendió al auditorio. Miles coreando un solo apellido. Rendían tributo a una familia pero, sobre todo a su último representante. Atestiguando el homenaje de los demócratas, me percaté que un partido ha de ser un banco de orgullos comunes. Orgullos que se nutren de ideales y realizaciones. La presencia de Kennedy en el evento era incierta. Su enfermedad era grave. Unas semanas antes había recaído. En la víspera no era seguro que pudiera dirigirse a la convención. Finalmente logró imponerse a sus médicos y escaparse a la fiesta. Se sabía que su discurso no era solamente una celebración del abanderado del partido sino, en buena medida, su despedida. Su mensaje fue, en efecto, un testamento: el patrono del liberalismo norteamericano entregando la estafeta a una nueva generación.

Pasó toda una vida en el Senado. Llegó en 1962 cubierto por el descrédito. Tenía treinta años, era el hermanito del presidente, lo habían corrido de la universidad por haber hecho trampa en un examen, se le veía como un muchacho inexperto que usaba su apellido para trepar. Al morir se le reconoció como uno de los más eficaces senadores del siglo XX en los Estados Unidos. Su vida estuvo marcada por la tragedia pero también por el escándalo. Sufrió el asesinato de dos hermanos y la muerte prematura de tres sobrinos. Fue también responsable de la muerte de Mary Jo Kopechne, ahogada en su coche sin que él le prestara ayuda ni reportara el accidente. Ganó todas las elecciones en las que participó para el Senado pero fracasó en su único intento por ganar la presidencia. Esa mezcla de heridas del destino y cuchilladas a mano propia alejó la tentación de la presidencia en el último tramo de su carrera. Sus fiascos fueron una bendición (uso palabras suyas): eliminaron la obsesión por la política singular y lo concentraron en labores de asamblea. Se convirtió así en el gran maestro del oficio legislativo. No fue, como sus hermanos, héroe ni mártir: fue un gran político, el mejor de los tres.

El homenaje al “león del Senado” desborda a su partido. Sus adversarios se han unido a la celebración del estadista legislador. Conservadores y liberales reconocen sus grandes talentos, su abundante producción legislativa, su disposición a cruzar la línea de la ideología, su calidez personal, su capacidad para reírse de sí mismo, su resistencia vital. Entre los elogios que se han escuchado en días recientes se destaca, por una parte, su fidelidad ideológica y, por otra, su genio para la negociación. Unos alaban al mejor exponente del progresismo demócrata, otros al político eficaz. Fue siempre leal a esa versión norteamericana de la izquierda comprometida con el ensanchamiento de los derechos y la promoción de la justicia a través del brazo del Estado. De los tres Kennedy, Edward fue, sin duda, el más izquierdista. No creyó en el fin de las ideologías; no sucumbió al imperio de la era conservadora. No aceptó nunca la divisa de Reagan de que el gobierno era el problema, no la solución. Resistió a la marea reaganthatcheriana; vio la acción del poder público como la gran palanca de transformación social. Pero no lo han honrado solamente quienes compartieron su credo. Los republicanos se han unido a la celebración porque vieron muchas veces en Ted Kennedy al profesional de la legislación con el que podían tejerse acuerdos sustanciales. Ahí radica la grandeza política de Edward Kennedy, su gran legado. Fue un político de convicciones sin dejar de ser un político de resultados. No fue un hombre de grandes ideas. Nunca compitió con el encanto de sus hermanos. Fue el amo de la minucia legislativa. En ese territorio del estatuto, el procedimiento, el párrafo y el inciso reinó como nadie: ahí, en el detalle de los bocetos, en la aparente trivialidad de los enunciados legales supo pactar con los adversarios para defender su proyecto.

Se ha sugerido que la política de la convicción se opone a la política de la responsabilidad. Se ha dicho que la congruencia es el precio que se paga por la eficacia. El senador Edward Kennedy encarna la excepción: el gran representante de la izquierda demócrata fue, simultáneamente, el gran senador del Congreso norteamericano. El fecundo legislador no renunció a sus ideales, los impulsó vigorosa y eficazmente. Desistió, eso sí, de la política del paisaje para entregarse a la política del detalle.

jueves, 27 de agosto de 2009

¿El dinero es la raíz de todo mal?

¿El dinero es la raíz de todo mal? depende, depende de muchos factores para los grandes cínicos, el dinero lo es todo, el dinero representa el poder supremo, un deidad omnipresente, omnipotente e indestructible para ellos la riqueza es lo que engrándese a el hombre, y a la mujer también, por que no… tendrán razón? Muchos hombres y mujeres son seducidos por el dinero, la lana, la feria, los morlacos, la marmaja, están totalmente hipnotizados, el dinero les da la fuerza que no tienen, les da el poder que anhela y la energía perdida.

En teoría deberíamos vivir en una sociedad donde el oro circule constantemente permitiendo un movimiento estable de mercancías, desde ciertas perspectivas el dinero funciona como un medio que permite realizar un intercambiar organizado de mercancías, el metabolismo social requiere que las mercancías cambien, teóricamente una sociedad saludable no atribuye al dinero mas que su función de permitir el intercambio, una vez que el vendedor se desprende de su mercancía vuelve al mercado para adquirir otro valor de uso, en pocas palabras el fin ultimo del vendedor, es hacerse de otro valor de uso, para satisfacer sus necesidades.

Pero esto no es lo que ocurre en la sociedad capitalista, a medida que se desarrolla el capitalismo se desarrolla también la acumulación desenfrenada de riqueza, de dinero, el atesoramiento de marmaja, el sistema capitalista introduce cambios en las mentalidades de los humanos y estos cambios introducen una nueva función del dinero. Si le preguntas una persona al azar a una persona intoxicada por la propaganda capitalista y la cultura del consumo ¿que entiendes por ser rico?

Dirán que es aquel que busca acumular la mayor cantidad posible de dinero, sin importarles a quien esté perjudicando con su avaricia, sin importarles los daños sociales, materiales, culturales o ecológicos que pueda causar, sin importarles las crisis hambrunas que sufren varias comunidades del mundo como las que vive México.

Nada de esos les importa!!!! Los críticos de los gobiernos neoliberales creen que en México se implanto una política de privatizaciones y una excesiva apertura al exterior por lo que destruyeron la planta industrial, fracturaron la capacidad productiva del país, y descapitalizaron a México, enajenaron el patrimonio del pueblo y dejaron a la economía nacional más vulnerable que nunca.

Para ellos todo es vendible todo es una mercancía. Los gobiernos neoliberales someten todo al mercado es decir, para ellos, todo se pone a la venta y a la compra todo se convierte en mercancía, por eso la corrupción se convirtió en una acción totalmente cotidiano, aun que en México la corrupción es uno de los diez mandamiento nacionales desde hace muchos muchos años.

Ahora los gobernantes participan más que nunca vendiendo lo que tenga a su alcance, desde favores, hasta empresas publicas y sus familiares funcionan como intermediarios.

Los capitalistas sobre todo extranjeros participan comprando todo lo que les convenga y un selecto grupo de personajes son parte de la operación banqueros, presta nombres y delincuentes de todos los calibres, así es como se concentran enormes y obscenas fortunas en medio de la ruina general de la población.

¡! Pero México va creciendo!! Vamos México!! México es un país en vías de desarrollo para el 2015 gracias a la política económicas neo liberales seremos un país desarrollado y para el 2030 seremos una potencia del primer mundo. Eso de acuerdo con una novela de ficción filmada por un tan Felipe Calderón.

martes, 18 de agosto de 2009

Arma de doble filo

La facilidad para meter reversa, para arrepentirse, para desdecirse o rajarse; para cambiar de opinión o de rumbo, y para corregir y aumentar se vuelve estratósferica en internet.
Dos casos: PicoAdworks y Jimmy Conrad. El primero está ampliamente documentado en este blog. El segundo trata de un jugador de la selección nacional gringa que tiene un website y un feed de twitter en donde hizo un comentario jocosón acerca de que compartiría un vuelo con el tri y su entrenador, Javier Aguirre. Aquí la nota. El comentario me parece muy bueno, chistoso. Dice Conrad: "Apparently, we’re sharing a plane with the Mexican National Team. I hope the Mexico coach doesn’t kick me when I walk past him in the aisle". Aplausos. Enseña que el tipo tiene sentido del humor, es una forma inteligente de calentar el partido y en estos tiempos digitales, se vale. Ningún problema con eso. Lo interesante es que el tipo borró el comentario y ahora no puede ser encontrado en su Twitter Feed. Vayan ustedes a saber si le dijeron que lo quitara o le dio miedo. El caso es que está documentado como puede verse en la nota de www.mediotiempo.com.mx. El caso es que Jimmy Conrad queda como un maricón.
Esto me mueve a pensar que por más veloz que sea la naturaleza de este medio, inclusive para arrepentirse de lo que uno escribe en él, quedan evidencias de todo. Porque la gente se involucra y con esa misma rapidez comenta y genera contenidos sobre los contenidos.
Así que tengamos cuidado con lo que decimos y vivamos hasta sus últimas consecuencias. O aprendamos a callar, que a veces es más fácil.

lunes, 17 de agosto de 2009

Pesimismo de ojos abiertos.

Esta semana le colmé el plato a un lector. Mi artículo más reciente le resultó a tal punto indigesto que decidió no volver a leerme. Me lo anunció hace unos días. Una frase desbordó el vaso de una paciencia de la cual, al parecer, fui abusando poco a poco. Hace una semana escribí “el futuro que nos aguarda es aterrador”, y a mi ahora exlector le pareció demasiado. No dudo que los motivos de la despedida sean más amplios, ni cuestiono que estén perfectamente justificados, pero me concentro en la frase que menciona en su mensaje como la gota del hastío. Releída, la oración perpetrada es, en efecto, irritante. Un vaticinio más propio del cine de horror que de la crítica política. La frase embonaría bien ahí, en una película de Wes Craven. Un desquiciado con máscara se acerca a un grupo de presos indefensos y les anuncia que su futuro es aterrador. En efecto, la expresión resulta alterada y estridente en un artículo dizque analítico.

Me resulta valiosa la llamada de atención porque descubre en mí una licencia apocalíptica de la que no era del todo consciente y que, por cierto, no se asoma en el polo contrario. Jamás podría haber cometido una frase paralela que anunciara no el terrorífico futuro sino el mañana esplendoroso. No imagino la ocasión que pudiera llevarme a anunciar que el futuro sería resplandeciente y jubiloso. De encontrarme con alguien que dijera que el mañana sería celestial, también le anunciaría mi despedida. Sin embargo, bien que pude tolerar la proposición contraria. Dudo que esta propensión por la catástrofe sea una aflicción personal. Tal parece que se trata de un síndrome común, un aire de los tiempos. Los permisos que damos al pesimismo son infinitamente más amplios que los que concedemos al optimismo. En cuanto levanta la cabeza un dato positivo tendemos a desacreditarlo, a dudar de él y a oponerle en seguida una legión de evidencias de la desgracia. Al optimismo lo llamamos iluso; al pesimista lo elogiamos como realista. Tal vez habría que oponer a ambas disposiciones la prudente reserva del escepticismo. Calderón de la Barca escribió una comedia cuyo título viene a cuento: “No siempre lo peor es cierto.” Perfecta réplica al pesimismo vuelto dogma. Lo bueno podría ser cierto.

Chesterton detectó una diferencia entre el pesimista y el optimista. El optimista, decía, es quien piensa que todo está bien en el mundo; menos el ciego del pesimista. El pesimista, por su parte, era la persona que estaba convencida de que todo estaba mal en la Tierra, menos él, que se daba cuenta de la verdad. Para el optimista, el único mal era el pesimista; para el pesimista, el único bien era él mismo. El apunte deja ver lo antipático que resulta el refunfuñón: un arrogante que se coloca por encima del mundo repartiendo condenas y juicios reprobatorios. Nada está a su altura, nadie alcanza su nivel. Pero hay dos expresiones del pesimismo que es necesario registrar: uno está anclado en el prejuicio. Cierra los ojos porque ya no necesita ver. ¿Para qué abrir los ojos si ya se sabe que el panorama es desolador? Cualquier experiencia le sirve para reforzar su dictamen calamitoso. El merolico de la catástrofe repite su cantaleta de desgracias, pase lo que pase. El otro pesimismo no es resultado de la ofuscación, sino resultado del escrutinio. No se defiende la probabilidad del mal por manía, sino por efecto de observación.

Quisiera pensar que mi pesimismo es un pesimismo de ojos abiertos y que está dispuesto a la sorpresa de lo bueno. Acepto la crítica a la expresión chillante de mi pesimismo. Sostengo, sin embargo, sus razones. Desde donde lo veo, el país va mal y no hay muchos hilos de dónde colgar la confianza de que enderece el rumbo. México está mal en sus escuelas y en sus cárceles; en su trato con la ley y con la naturaleza. A sus males ancestrales se ha apresurado a agregar males recientes. El deterioro es el signo del país desde hace varios lustros. Es un menoscabo constante, perceptible, mensurable. No es producto del PAN, ni de la alternancia, ni del pluralismo democrático, es cierto. Es una crisis vieja, profunda y extendida para la que el nuevo régimen no ha sabido pronunciar una sola palabra. La nueva política se ha dedicado a ignorar la crisis. A los grandes asuntos nacionales, responde con razones para la inacción. Hablo de un régimen porque las grandes fuerzas políticas parecen coincidir en lo elemental: lo necesario es imposible.

Ahí se funda mi pesimismo. No encuentro liderazgos, responsabilidad, alicientes para hacer frente a los peligros de México. Y nuestro deterioro no encuentra muro. Tal vez por eso debe subirse el tono. Si el actor político se ve forzado a endulzar el atractivo de sus promesas, el crítico también se ve obligado a subir el tono de sus advertencias. El futuro que nos aguarda es, en efecto, terrible.

martes, 11 de agosto de 2009

La indolencia en Mexico

El diccionario define indolencia en su segunda acepción como pereza o desidia, y hoy que me he decidido a escribir en este, su blog no familiar (lo se, es también un shock para mí el escribir dos días seguidos), pero desde hace días me doy cuenta de que esta actitud domina a la gran mayoría de los chavos en esta ciudad, yo se, hay muchas excepciones, sin embargo, tengo casos específicos donde la indolencia los detiene, y es curioso, porque se la pasan quejando de porque la vida es taaaaan injusta, cuando la respuesta está frente a ellos, en el espejo, donde nadie los puede engañar ni se pueden mentir, aunque también me pregunto si el ser indolente será un estado de amplia comodidad, producto de un estilo de vida ya aletargado, donde no se nos exige el pensar o el buscar ser mejores y competitivos, sino más bien el buscar estar bien como estamos ahorita y pues para que esforzarnos, si todo está bien como esta... Status Quo...
Se aceptan propuestas si alguien lee este pequeño blog...

lunes, 10 de agosto de 2009

La fascinación por el exceso

En The Guardian, el psicoanalista Adam Phillips publica un artículo interesante sobre nuestra fascinación por los excesos. Será que el hombre es el animal desenfrenado. En los excesos puede estar, sugiere Phillips, el secreto que somos para nosotros mismos, el escondite de nuestras propias frustraciones. "Nuestros excesos son la mejor pista de nuestra propia pobreza y la forma más efectiva de ocultárnosla".

G. A. Cohen

Cohen - valedictorian

Se difunde (Norman Geras, Crooked Timber) la muerte de G. A. Cohen, un lúcido filósofo de la política en la mejor tradición marxista. Digo tradición porque la reflexión de Cohen se inserta en una comunidad viva, porque su obra es arraigada frescura. En 1978 publicó una brillante defensa de la concepción marxista de la historia que bien podría considerarse como la semilla del marxismo analítico. En If You're an Egalitarian, How Come You're So Rich? con mucha gracia puso su marxismo a dialogar con el liberalismo de John Rawls. Hace apenas unos meses publicó su obra más ambiciosa: Rescuing Justice and Equality, donde cuestiona la aceptación liberal de las desigualdades. Un argumento denso que puede catalogarse ya como una de las más atentas y severas lecturas de John Rawls.

*

Aquí puede encontrarse una buena entrevista con él; aquí una grabación interesante y acá su famosa conferencia sobre incentivos, desigualdad y comunidad, donde empezó su esgrima con Rawls. En esta página de la Universidad de Oxford pueden encontrarse diversos trabajos en su honor. Aquí pueden oírse sus palabras finales y se le puede oír cantando, recitando poemas imperialistas e imitando a Churchill. Se cuenta que su conferencia de despedida en Oxford hace unos meses fue un genial despliegue de comedia filosófica. Cohen imitaba a su maestro Isaiah Berlin quien divagaba sobre la influencia del desatendido pensador Samuel von Pooped sobre el totalmente olvidado Hermann von Supine. En su gracia había entrenamiento: cuando era estudiante en McGill ganaba dinero haciendo stand-up comedy.

martes, 4 de agosto de 2009

Facebook, o la virtual vida de los Otros

“Nosotros no nos consideramos una comunidad, no estamos tratando de construir una comunidad, no estamos tratando de crear nuevas conexiones”. Mark Zuckerberg
Si por casualidad viniera Marx a visitarme, le diría que los nuevos años exigen una reformulación de su teoría. Y es que la riqueza ya no se encuentra sólo en el control de los medios de producción y la explotación del proletariado. No. Hoy la riqueza reside cada vez más en el mundo de las “redes sociales”. No por casualidad uno de los más intensos usos de internet es participar en redes sociales: comunicarse con amigos, familiares, conocidos y desconocidos para intercambiar palabras, divagaciones, imágenes, diálogos que en realidad nunca son y que pueden ser leídos por millones de personas que consumen varias horas al día atrapados en la web. En su estilo fome, el sociólogo alemán Jürgen Habermas planteaba que en las sociedades contemporáneas estamos en presencia de un nuevo modo de espacio público: la esfera privada está siendo invadida y colonizada por la esfera pública. Sin embargo, el también sociólogo Zygmunt Bauman -en su estilo retórico- plantea una tendencia opuesta: la colonización de la esfera pública por temas que antes eran considerados privados e inadecuados para exponer en público. Creo que la segunda tesis es más precisa. Lo que está ocurriendo actualmente (en la época de la modernidad líquida) no es sólo una nueva articulación de la frontera privado/público, sino que más bien parece estar operando una redefinición de la esfera pública como espacio en que se escenifican los dramas privados, exponiéndolos a la vista de todos. Es en esa redefinición histórica de la esfera pública que se inscribe Facebook, un proyecto de red social financiado y celebrado por la posición ideológica de los capitalistas de hoy. En sí mismo, Facebook es un experimento sociológico potente: uno es libre para ser quien quiera ser (viejo credo liberal que ya Marx denunciara), siempre y cuando a uno no le importe ser bombardeado por la publicad de las grandes marcas del mundo. Aunque el proyecto fue concebido por Mark Zuckerberg, el joven rostro que todos aman y que todos quisieran ser, el verdadero personaje detrás de Facebook es un tal Peter Thiel, un tipo reconocido como inversionista de capitales de riesgo y como un mediocre filósofo futurista “neocon” (neoconservador). Si bien se dice que el mentor intelectual de Thiel es el famoso antropólogo René Girard (quien propone la teoría de que el comportamiento humano se moviliza por deseo mimético, lo que se ofrece para interpretaciones de alto vuelo teórico), lo importante es dar cuenta de que en Facebook se trata de un nuevo experimento capitalista: se puede hacer dinero con las amistades. Facebook no fabrica absolutamente nada; es un simple mediador de relaciones que ya existían. De este modo, internet abre todo un mundo de expansión del libre mercado. Tener amigos en la web es el concepto que Facebook invita –ideológicamente- a realizar con el fin de publicitar distintas marcas. En este contexto, nos bombardean cada vez más con nuevas opciones, pero de hecho tenemos pocas opciones verdaderas. Las opciones se han vuelto invisibles en un mundo aparentemente lleno de opciones infinitas. En este marco, Facebook constituye la extensión de un programa que sirve como herramienta masiva de recolección de información: los usuarios ofrecen de forma voluntaria información sobre su identidad, fotografías, listas de amigos, conocidos, y objetos de consumo favoritos. Esta gigantesca base de datos es vendida a los anunciantes bajo la excusa de -como dice Zuckerberg- “tratar de ayudar a la gente a compartir información con sus amigos sobre las cosas que hacen en la red”. Por ello las grandes empresas (Coca-Cola, Blockbuster, etc.) se unen y financian a Facebook, un espacio que se ofrece como libertad absoluta, donde dicha libertad se confunde con la realización de los consumidores y las relaciones con los amigos son convertidas en bienes que se venden a las grandes marcas globales. Por lo tanto, uno se ve en la necesidad de sostener la tesis que afirma que en la actualidad el valor no reside en objetos manufacturados, sino en las cosas imaginarias, o con más precisión, en las relaciones entre los seres humanos. Hoy lo que se vende son las relaciones mismas. El fetichismo ya no es de las mercancías (como revelara Marx), sino de las relaciones que las sostienen. La nueva mascarada del fetichismo se expresa bajo la forma de una producción inmaterial: la producción de vida social como objetivo de la producción. El rasgo del capitalismo contemporáneo es la mercantilización directa de la experiencia misma: lo que se está comprando en el mercado son cada vez menos productos (objetos materiales) para poseer, y cada vez más experiencias vitales, participación en un estilo de vida o redes sociales (un lifestyle…quizá por ello no es casualidad que los condones más usados por los adolescentes lleven ese nombre). En la actualidad la lógica del intercambio es invertida: ya no compramos los objetos, sino que el tiempo de nuestra propia vida (y que quemamos sentados frente al computador). Por otro lado, Facebook parece una suerte de régimen totalitario virtual con una población que crece por millones a la semana. De allí que me vea tentado de sostener que Facebook es la realización virtual de La vida de los otros, la película del director alemán Florian Henckel von Donnersmarck. La vida de los otros (2006) trata sobre la Alemania Oriental bajo el dominio de la Stasi, la policía secreta de Alemania del Este que a través de un sistema totalitario de vigilancia mantenía el orden en el régimen comunista. Así, la Stasi conocía todos los amigos, todos los contactos, todos los movimientos, en fin, todas las redes sociales de los sujetos. ¿Qué es Facebook sino la forma neoliberal, tolerante, abierta y al mismo tiempo oculta de la Stasi? (Piénsese en el simple hecho de que una vez abierto una cuenta es imposible desertar de Facebook). De hecho, el 44% de los usuarios de Facebook reconoce que le preocupa que su información personal pueda ser usada para otros fines, y el 38% teme que puedan suplantar su identidad. Paradójicamente, el carácter oculto de Facebook está dado por el exceso de visibilidad; es decir, al ser un sistema de información abierto, público, se invisibiliza como dispositivo de vigilancia (y de control diría un foucaultiano paranoide). Lo característico de Facebook no es que se publiquen los datos personales y los gustos frente a los otros sino que es más bien frente al gran Otro (el orden simbólico de la red) en cuanto tal. Pero más allá de la clásica teoría (paranoide) de la conspiración que vincula Facebook con los sistemas de inteligencia como la CIA, hay que pensar en las posibilidades que abre el mundo de la world wide web en general y los efectos que produce en las relaciones sociales. Decir que a través de la web o de programas como Facebook se busca reemplazar el mundo real por un mundo virtual es decir una burrada. A partir de la virtualización de nuestras relaciones aprendemos que nunca hubo “realidad” en cuanto tal, sino que más bien las relaciones sociales son inherentemente virtuales (imaginarias): la virtualización nos hace concientes retroactivamente de que el universo sociosimbólico como tal ya está siempre mínimamente virtualizado en el sentido de que lo que experimentamos como realidad implica un conjunto de presuposiciones que determinan lo que experimentamos concretamente como realidad. Tal como lo afirma el filósofo esloveno Slavoj Žižek, hay una cierta brecha en la realidad misma, y la virtualización es posible precisamente porque esa brecha “en” la realidad debe ser llenada. Por eso la realidad se redobla a sí misma como realidad virtual. Por eso la realidad necesita de la apariencia. O más bien, por eso la apariencia no es un fenómeno secundario sino que es inherente a la realidad misma. Sin embargo, todos somos testigos de que la realidad virtual ofrece a la realidad desprovista de su sustancia: la realidad desprovista de “realidad”. Pero al mismo tiempo, las actividades del “ciberespacio” nos revelan lo que hay de “real” en nuestra experiencia de eso que los fenomenólogos llaman “mundo-de-la-vida” (lebenswelt). Es decir, si bien el ciberespacio puede funcionar como espacio imaginario que sirve de escape de lo real traumático que distorsiona nuestras vidas (una suerte de des-realización), al mismo tiempo es un espacio a través del cual podemos acercarnos a lo que pretendemos excluir de nuestra experiencia de la realidad social. Dicho de otro modo, el ciberespacio es tanto un medio para escapar a traumas, como un medio para formularlos en la medida en que nos presenta la posibilidad de acercarnos a las coordenadas de nuestro espacio fantasmático. De ahí que el gesto crítico no es reconocer la ficción detrás de la realidad virtual, sino reconocer lo real en lo que aparece como mera ficción simbólica. Hay algo en la ficción que es más que ficción. Por cierto, las posibilidades técnicas que abre Facebook explican parte de su éxito. A diferencia de Messenger, que utiliza una tecnología de transmisión uno-a-uno, Facebook es una tecnología de transmisión de uno-a-muchos. Frente al “periodismo ciudadano” de los blogs, Facebook y su lógica del hiperlink explota la “sabiduría de las multitudes”. Además, antes la única manera de participar en la web era escribir (cualquier pelotudés, pero escribir). Ahora Facebook brinda la posibilidad de figurar en la web sin necesidad del ejercicio de la escritura. Como decía Jean de la Bruyere: “la gloria o el mérito de ciertos hombres consiste en escribir bien; el de otros consiste en no escribir”. Sin duda el mundo Facebook ha crecido desde que se implementara el sistema del news feed, donde el usuario puede enterarse automáticamente de los últimos acontecimientos de la vida de su lista de contactos. Facebook no ha dejado de crecer incrementando la importancia de las herramientas que informan sobre el estado de los asunto privados: “estoy en la playa”, “me voy a acostar”, “me tiré un peo”, etc. Es curioso que la gente tenga tantas ganas de saber qué le pasa o en qué está el otro, y sin tener que preguntarle. Pero más curioso es el efecto de masa (de ligazón libidinal, como diría Freud) bastante peculiar que se desarrolla en Facebook, y que genera formas de identificación que sostienen un “ideal del yo” heterogéneo. Y es que bajo las identificaciones imaginarias que el mundo de la web logra edificar logramos sostener una identidad en la diferencia. Lo particular de Facebook es que en sus múltiples plataformas de comunicación se genera un proceso de homogeneización que promueve la especificidad del otro. Es cosa de notar la popularidad de aplicaciones como los ya clásicos quiz: ¿Qué personaje de 31 minutos eres?, ¿qué tan borracho eres?, ¿qué tan conchadetumadre eres?, etc. Es decidor que Chile lidere la tasa de crecimiento en Facebook a nivel mundial. Somos el segundo país de Latinoamérica con el mayor número de registrados. Aunque no resulta tan extraño, puesto que el rescate de las redes sociales permite entregarle un pasado a quienes parecen no tenerlo: los jóvenes, los adolescentes (casi 25 millones de usuarios tienen menos de 25 años). Sin embargo, lo siniestro de Facebook es que constituye una máquina que no te permite tener pasado: ¿qué pasado puede tener un adolescente que crecerá en el mundo virtual de las redes sociales y que convivirá día a día con la información de sus contactos? Las personas del pasado quedan como congeladas (muchas veces como meras fotografías) en tu espacio virtual: aquella mina bien puta que conociste y te comiste en una fiesta o a quien tuviste de compañero de curso hace algunos años. Facebook es tu memoria en estado presente, no deja pasar el tiempo. Pero ¿qué busca la gente en Facebook? Un 70% de los usuarios reconoce haber ingresado para contactarse con gente que conoce del pasado, un 51% dice ingresar para contactar a gente que apenas conoce y un 29% declara querer conocer gente nueva…otros simplemente quieren sapear. Es por todo ello que Google se encuentra actualmente trabajando en un sistema llamado Open Social que busca articular y unificar en un solo “ecosistema” a todas las redes sociales. A fin de cuentas, lo que caracteriza a estas fotos, divagaciones, pseudo-conversaciones, chats, post, que se “publican” (es decir, se hacen públicos) en Facebook, Myspace, Blogs (y antes Fotologs), Twitter, etc., no es otra cosa que una pequeña estela de frustración que cruza la propia vida. El vouyerismo de las redes sociales muestra que la soledad del ser humano lleva a esfuerzos desesperados por comunicarse y por salir de la cárcel monádica del sí mismo. Es un esfuerzo por tocar al otro sin contaminarse de su otredad radical. Habrá que pensar en ello para tomar conciencia de la propia fragilidad antes de que las palabras nos abandonen, o para no olvidar que la soledad infinita que nos espera a todos es inevitable. P.D.: escrito como justificación frente a todos aquellos/as a quienes no he aceptado como “amigo” en Facebook, y en respuesta ante la pérdida de una relación virtual.

lunes, 3 de agosto de 2009

Caracoles de Montt

Como es habitual, una caricatura genial de Alberto Montt. Esta vez habla de los caracoles, pero enfocando el asunto desde un punto de vista poco convencional.

caracoles-mejilla

Entradas populares

twitter

    follow me on Twitter

    Labels

    Compromiso (34) Liderazgo (31) líderes (29) Haciendo la vida fácil (28) Aprendiendo de los demás (27) Escuchando a los demás (27) comunicación (25) Desarrollo (23) Oportunidades (22) Tiempo (22) Pensamientos positivos (21) negocios (20) Trabajo (18) vida (14) Aprendiendo a preguntar (13) Capacitación (13) Personal branding (13) Entrenamiento (9) mercadotecnia (8) marketing digital (7) publicidad (7) amor (6) on line marketing (6) ventas (6) Luis Angel Pioquinto Sanchez (5) publicistas (5) search marketing (5) social media (5) Angel Pioquinto (4) agencias (4) : Aprendiendo a preguntar (3) PAN (3) mal (3) valor (3) 1989 (2) Jonah Lehrer (2) México (2) Vicente Fox (2) amigos (2) aprender (2) blogs (2) calderonistas (2) caricatura (2) cine (2) comunidad (2) critica (2) dinero (2) facebook (2) festejo del dia (2) filosofo (2) halloween (2) honestidad (2) importancia (2) jugador (2) la marca (2) lectura (2) mala suerte (2) marxismo (2) momentos (2) pereza (2) realidad (2) reflexion (2) responsabilidad (2) soledad (2) solidaridad (2) 14 febrero (1) 2010 (1) 96.9fm (1) : Aprendiendo de los demás (1) AC Grayling (1) Abrazando (1) Acantilado (1) Adam Smith (1) Adam Zagajewski (1) Aguilas (1) Alfred Hitchcock (1) America (1) Arcangel (1) Arnold Schwarzenegger (1) Arrazola (1) Arte (1) Axe (1) CHA (1) Calderón (1) California (1) Carlo Cipolla (1) Carlos Reinoso (1) Cat Chow (1) Chaco (1) Clinton (1) Comic (1) Consejo (1) Cover His/Her Ass (1) Crecen en su juego (1) Cruz Azul (1) DT (1) Daniel Kahneman (1) Desarrollo personal (1) Dichos (1) Distracción (1) Dog Chow (1) Dr. Peter Urbel (1) Duke University (1) Effem (1) El exorcista (1) El portero (1) Enrique Meza (1) Ernesto Garzón Valdés (1) Estados Unidos (1) Euromonitor (1) Existe (1) Expectativas (1) Felipe Calderón (1) G. A. Cohen (1) G.H. (1) Ganacias (1) Governator (1) Graduacion (1) Gremlins (1) Growing pains (1) HBO (1) Historias (1) IVA (1) Ingenieria (1) James Gandolfini (1) José Emilio Pacheco (1) Kennedy (1) Kung fu Bunny (1) Leer (1) Lisa's nightmare (1) Los Simpson (1) Mapfre (1) Maquina (1) Mi problema (1) Natalie Portman (1) Nestlé (1) New Jersey (1) New Yorker (1) Nueva portada de Madden 2011 (1) Obama (1) Ochoa (1) Owen Gatley (1) PRD (1) PRI (1) Pacto por México (1) Panistas (1) Pedigree (1) Petco (1) Platon (1) Pronuncio (1) Richard Dawkins (1) Richard West (1) Robert Sternberg (1) Satán (1) Semarnat (1) Shane Frederick (1) Stan Lee (1) Te amo (1) Terry Eagleton (1) The twilight zone (1) Thought leadership (1) Tony Soprano (1) Twitter (1) UNITEC (1) Universidad de Princeton (1) Up your game (1) Villa (1) Web Analytics (1) Whiskas (1) abordar (1) absolutismo (1) abundancia (1) aburrido (1) accidente (1) actitud (1) administracion (1) agregar (1) alcohol (1) americanismo (1) amiga (1) amistad (1) animacion (1) animal (1) animales de compañía (1) apetito (1) apple (1) asaltado (1) asi pienso yo (1) asombro (1) atracción (1) autor (1) aventura (1) bateria (1) caida (1) calderon (1) caminos (1) capacidad (1) capitalista (1) caracoles (1) cartoons (1) ciclones (1) ciudades (1) cliches (1) coaching (1) compañía (1) competitividad (1) complexión psicológica (1) con prioridades (1) conejo (1) confusión ideológica (1) congreso norteamericano (1) constitucion (1) contrato (1) coraje (1) corazon (1) corporaciones (1) cortesia (1) crear (1) creatividad (1) creencia (1) creencia diferente (1) creer (1) crisis (1) croquetas (1) crítico (1) cuidado (1) cuidar su reputación (1) culta (1) daño (1) de buena familia (1) debilitar al Ejecutivo (1) delfines miami (1) demonio (1) derechos (1) desidia (1) desigualdad (1) destacado (1) deterioro (1) devastación (1) dinamitarlos (1) dinero facil (1) dios (1) dopamina (1) drama (1) droga (1) duda (1) dudas (1) economistas (1) ecosistema (1) editar (1) el muro de berlin (1) embajadora (1) emoción (1) emprendedor (1) emprendedores (1) empuje (1) entregarse (1) equilibrio (1) escribir (1) espnla (1) estrategia (1) estres (1) estudiantes (1) estupidez (1) etiquetar (1) etiquetas (1) experiencia (1) experiencias (1) felicidad (1) feminicidios (1) feniletilamina (1) filósofos (1) fortuna (1) fotografia digital (1) fuerza (1) física y biología (1) ganancia (1) generación (1) gentileza (1) gloria estefan (1) gobierno (1) god (1) gozo (1) guitar hero world tour (1) habito (1) homicidios (1) homo ludens (1) honradez (1) huella (1) humanos (1) humildad (1) huracanes (1) icentivos (1) ideas (1) identidad (1) ideologia (1) imagen (1) imaginacion (1) importa (1) imprevisión (1) impuesto (1) impuntualidad (1) incomodidad (1) incómodos (1) indolencia (1) inicio (1) inocente (1) institucionalismo (1) intimidad (1) invita (1) irresponsabilidad (1) jefe (1) jetaturas (1) juego (1) juventud (1) la aceptación (1) la caida (1) la europa (1) la igualdad (1) lagrimas (1) lego (1) leon (1) leyes de la estupidez humana (1) libertad (1) libros (1) liderazgopluralismo (1) mac (1) madre (1) mala influencia (1) maltaCleyton (1) marketing (1) media naranja (1) meditacion (1) mejor (1) mejor amigo (1) mejor talento (1) meloso (1) mentalidad burocrática (1) mentalmente (1) mentiras (1) mexico (1) misión (1) montt (1) mostrar (1) muerte (1) muertes (1) mundo (1) muro de berlin (1) naturaleza (1) neurociencias (1) no fomenta (1) no urgente (1) noradrenalina (1) nostalgia (1) noticias (1) notiias (1) nuestra vida (1) omega (1) oposición (1) pactistas (1) pareja (1) pareja ideal (1) parodia (1) paros (1) parque (1) partido avergonzado (1) partido cínico (1) pasión (1) paternidad (1) paz (1) pecados (1) peligro (1) películas (1) peor (1) persona (1) perversidad (1) pesismismo (1) pirámide (1) plan (1) plan de sucesión (1) poder (1) politica (1) portada (1) pre-juicios (1) primera vista (1) proceso continuo (1) proctec and gamble (1) programa radio (1) promueve (1) propaganda (1) propuesta (1) protagonistas (1) psicología (1) puentes (1) puertos (1) punto de vista (1) puntualidad (1) quitar palabras (1) química (1) rabia (1) raiz (1) real sueño (1) realización (1) redes sociales (1) reemplazar (1) reflexiona (1) reflexión (1) reforma política (1) registro de vida (1) relaciones (1) releer (1) remembranza (1) reproche (1) reventar (1) riqueza (1) ritmo (1) rotacion (1) satisfacción (1) seis peguntas (1) seis puntos (1) senado (1) serie (1) sesgo de anclaje (1) sexto sentido (1) sicarios (1) similares (1) similutedes (1) sin culpa (1) sindicatos (1) sociedad (1) solitario (1) star wars (1) start up (1) steve jobs (1) suerte (1) sueño (1) superacion (1) talento (1) tecnico (1) tecnologicos (1) temas (1) teológica (1) terremotos (1) tips (1) totalitarismo (1) traición (1) transmitir (1) tribus (1) trono (1) tópico (1) urgente (1) valorar (1) valores (1) vida experiencia (1) virtual (1) viva mexico (1) vivir (1) voluntad (1) weso fm (1) zombie (1) ángel (1) éxito (1)