Y
no me refiero a si eres responsable despertando temprano, presentándote
a trabajar puntualmente todos los días y pagando la renta y la
colegiatura a tiempo; sino a si eres verdaderamente responsable sobre tu
vida.
Es
relativamente sencillo, aunque para algunos no lo parezca, cumplir con
las responsabilidades cotidianas que la vida en sociedad nos dicta:
estudiar, no faltar al respeto a otros, conseguir un buen trabajo,
cumplir con el horario, sonreír y aceptar como bueno lo que “los jefes”
que pueden impulsar nuestra carrera dicen, hacerte de bienes materiales,
aunque sean más de los que puedes libremente pagar, medio pagar las
cuentas, casarte, criar una familia y asegurarte de que el ciclo vuelva a
comenzar, ahora, para tu descendencia.
Tan sencillo que generaciones tras generaciones hemos vivido así.
Pero hay una gran diferencia entre “cumplir con nuestras responsabilidades” y ser realmente responsable de nuestra vida.
Y
pensando en esta pregunta es que me hago hoy las siguientes preguntas,
que aquí comparto para ayudarme a ubicar qué tan responsable de mi vida
realmente soy:
1)
¿Sigues las reglas de otros, no porque estés convencido de que sean las
correctas, sino porque crees que así es como tiene que ser o has creado
tus propias reglas e inventado un nuevo campo de juego para ti?
2)
¿Sueles culpar a otras personas, a situaciones ajenas a ti, al tiempo
pasado y futuro, a la falta recursos, etc. por aquellos desencantos que
has enfrentado o tomas la decisión de levantarte de nuevo, a la vez que
intentas entender que falló y que sí funcionó para volverlo a intentar?
3)
¿Te despiertas todas las mañanas quejándote porque de nuevo te tienes
que presentar a trabajar ahí en donde no quieres estar, haciendo eso que
no quieres hacer, o abres los ojos pensando y dando gracias porque por
un día más podrás hacer eso que tanto te gusta hacer?
4)
¿Descartas la retro alimentación que otros te dan, calificándola de
injusta, poco razonable e inválida o aceptas con aprecio que se tomen el
tiempo de ayudarte a mejorar?
5)
¿Te detienes a esperar para saber de qué forma podrás obtener mayor
ventaja del trabajo de otros o dedicas tu tiempo, trabajo y esfuerzo a
generar un gran valor para los demás?
6)
¿Eliges tus relaciones laborales, comerciales y personales en base a
quién podrá ofrecerte más o estableces verdaderas relaciones personales
con quienes puedes colaborar a la creación de oportunidades para todos?
7)
¿Pierdes tiempo buscando excusas y pretextos para explicar por qué no
cumpliste con el compromiso que hiciste con anterioridad o te enfocas en
cumplir cabalmente con lo que prometiste?
8)
¿Prefieres ganar una discusión para darte el gusto de decir “tenía
razón”, o mejor eliges la prudencia que te permitirá continuar
construyendo tu sueño?
9)
¿Aceptas el estatus quo de quienes dictan el camino de muchos o tomas
el riesgo de continuar dibujando un nuevo mapa todos los días?
10)
¿Vives con la mirada baja llena de resignación o mantienes ese destello
en los ojos que acompañan al nudo en el estómago por el temor a tomar
riesgos y la sonrisa en la cara por haberlo hecho?
Actuar con responsabilidad es fácil... ser verdaderamente responsable por tu vida, esa es otra historia.
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